07 marzo 2013

LA FIGURA DEL ENTRENADOR

Aunque no tengo en mente competir en lo que queda de año, esto es, hasta después del verano, sigo asistiendo a los entrenos de piscina con el entrenador.

Me gusta hacerlo. Siempre puedes recibir algún buen consejo. Mi problema es que se me acumulan los buenos consejos, y de intentar seguirlos al final no salen las cosas como debieran.

Noté mucha mejoría en cuento a ritmos a finales del año pasado. Me faltaba fono, eso sí. Ahora, en esta época en la que escuchar a mi cuerpo es un prioridad, he ganado algo de fondo y no tengo tanto ritmo.

Con todo, veo señales positivas. Un 200 casi al final del entreno a un ritmillo majo, entrenos de más de 2000 metros en menos de una hora (con su técnica, etc). Vamos, un avance según lo quieras ver.

Mi entrenador es consciente de mi problema. Quizá no me exija como lo hace con mis compañeros o lo hacía conmigo mismo "antes de". Pero me vigila. Sé que lo hace, y que seguro antoa los ritmos. Sabe que he bajado un escalón, se preocupa por mi y me pregunta qué tal marcha el entreno.

El último entreno nos abroncó a un pequeño grupo que no hicimos bien un ejercicio (un 500 a relevos, cambiando cada 100). Creo que tenía mucha razón. Es cierto que practicas este deporte por afición, para sentirte bien, pero un punto de exigencia y de compromiso con el entreno no viene nada mal. Creo que la "bronca" no iba por mi, pero la asumo también.

Mister, realmente me esforcé. Y te agradezco que no nos dejes dormirnos en los laureles.

Espero seguir más tiempo con él (¿quién sabe?). En todo caso, el balance es más que positivo, lo que he avanzado en el agua se lo debo en gran parte a él (la otra parte es la constancia de cada cual).


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