25 octubre 2013

DEBAJO DE LAS PIEDRAS


Que el running se ha convertido en un fenómeno social está a la vista de cualquiera. Carreras y más carreras, fin de semana tras fin de semana. Una vez llegué a leer que había del orden de 9 carreras en un mismo fin de semana en Madrid. 5Km, 10Km, medias maratones… tenemos de todo, oiga!
 
Que el triatlón parece que marcha por el mismo camino es algo que se puede ya leer y escuchar a muchos apasionados de este deporte. Destaca la preocupación de que este crecimiento sea bien llevado y no aparezcan oportunistas que sólo busquen el beneficio instantáneo y luego… adiós muy buenas. Ojalá pueda conseguirse, y la gente que promueva los eventos se preocupe por el deportista, las personas y el crecimiento pueda ser algo más sostenido.
 
Es evidente que organizar un triatlón debe tener en cuenta muchas más limitaciones que una carrera, que “sólo” necesitas algunos permisos, porque en cualquier sitio se puede hacer. Pero ya ha habido este 2013 una carrera en Madrid con 3.000 participantes, creo recordar. El laguito no da para mucho más!
 
La afición está creciendo. Mucho. El reto (dominar tres disciplinas en un único deporte) empieza a afrontarlo cada vez más y más. Este deporte, ya lo he comentado, engancha incluso antes de competir.
 
El otro día nos visitó a la oficina un antiguo compañero. Con él compartí equipo de futbol durante más de un año (jugaba realmente bien), y tras 2 ó 3 años sin verle cuenta que está haciendo triatlón. Pues como yo.
 
Hasta debajo de las piedras.

 

 

15 octubre 2013

KONA

El pasado sábado se disputó el IM de Hawaii. Todos los años se celebra este IM, el segundo sábado de octubre según leí alguna vez. Llegar allí es muy muy complicado tanto para los “age groupers” como también para los profesionales.

La carrera, dicen los que han estado, es única. No se puede comparar a ninguna otra en otro lugar del mundo.

En primer lugar por la épica o el romanticismo. Por un lado, porque ya de por sí hacer un Ironman requiere dejar parte de tu vida en horas de esfuerzo, dedicación, concentración, sacrificios y también (y no carece de importancia), dinero y tiene mucho de romanticismo (amor al deporte y al reto). Por otro lado, es la cuna, la meca del triatlón. Es donde se disputó el primer ironman, donde nace, quizá no el triatlón como integración de tres disciplinas en un deporte, pero sí la imagen que muchos tenemos de este deporte.

En segundo lugar por las condiciones meteorológicas que allí son habituales y que hacen que esta prueba sea de una dureza especial. El viento pega fuerte en la bici y el calor asfixia a los triatletas durante la maratón. Triatletas muy completos pueden triunfar en pruebas en distintos continentes, llegar a Kona y simplemente no acabar. Y el que llega, lo hace agotado. Pero supongo que con esa sensación de haber hecho algo único.

La clasificación para los pros no es sencilla. Deben disputar varias pruebas (ironam o medio ironman) a lo largo del año para conseguir puntos suficientes. Un triatleta de la talla de Ivan Raña, que debutó en esta distancia ganando en Cozumel (hay nivel, vaya) tuvo que reajustar el calendario y participar en una prueba a última hora porque le faltaban algunos puntos por conseguir.

El año 2012 pareció el año en el que un grupo de triatletas tomaba el relevo de quienes habían dominado esta prueba los últimos años. Tanto Craig Alexander (3 títulos) como Chris McCormack (2 títulos), anteriores ganadores partían el año pasado como referencia para el resto. Crowie sufrió por problemas de espalda y Macca se retiró en el sector ciclista. Ambos querían participar este año y quitarse el mal sabor de boca pero Macca no pudo participar (se le diagnosticó mononucleosis unas semanas antes) y Alexander, pese a llegar en buena forma, no pudo seguir el ritmo de la prueba cuando las cosas se pusieron serias.

El relevo parecía que lo tomaban triatletas Pete Jacobs ganador en Kona 2012, y Sebastian Kienle quien no subió al pódium probablemente por una avería mecánica, pero que había sorprendido ganando un mes antes el mundial 70.3 en Las Vegas. Ambos partían como favoritos en este 2013 (Kienle había vuelto a ganar el mundial 70.3) junto con Eneko Llanos, a quien el cambio de entrenador (ahora es Dave Scott, una leyenda del IM) le había sentado muy bien, ganando el IM de Australia y el de Frankfurt (campeonato de Europa). Junto a ellos un ramillete de excepcionales triatletas, ganadores de pruebas IM a lo largo del año, campeones de años anteriores (el caso de Faris Al-Sultan) y triatletas que vienen fuerte de la distancia olímpica (como Ivan Raña y Bevan Doherty).

El vencedor de la prueba en este 2013 ha sido Frederick Van Lierde. No es ningún desconocido, ya que destronó a Marcel Zamora en Niza tras 6 victorias de éste en el año 2011. Desde entonces Van Lierde acumula varios triunfos seguidos allí. Además quedó 3º el año pasado en Kona y luchando hasta el final con Andreas Raelert por la segunda posición. Raelert es un experto triatleta que ha conseguido varios podimums en Kona. Kienle acabó en tercera posición, con lo que se consagra como uno de los mejores y seguro aspirante (favorito) en los próximos años. Jacobs no compitió al nivel esperado y aunque salió el primero del agua, pasada la mitad de la bici se vió que no era su día.

La mentalidad de estos deportistas de larga distancia es diferente a la normal. Aún cuando no tenían opciones de ganar, tanto Jacobs como Alexander demostraron coraje acabando la prueba. Lo mismo se puede decir de Eneko Llanos que llegó bien ubicado para ganar a la segunda transición pero problemas en la carrera a pie le impidieron competir con los mejores. Supo sobreponerse y acabar en undécima posición.

Al que sí le salió una carrera completa fue a Ivan Raña en su primera participación en Kona. No pudo seguir el ritmo de los mejores en la bici pero un espectacular parcial a pie le llevo a la sexta posición a la meta. Se da por seguro que dará que hablar los próximos años ya que en este deporte se mejora con la experiencia e Ivan se encuentra justo en esa fase.

Intentaré escribir sobre la prueba de las mujeres en otro momento, porque son tanto o más emocionantes que las carreras masculinas.