04 junio 2012

HACIENDO DE LIEBRE (CARRERA NORTE CONTRA SUR)

Apuntado a última hora convencido por un compañero de trabajo, afronté esta carrera como un entrenamiento de carrera buscando sensaciones y conocer mi estado de forma en la carrera a pie.

Hice de liebre para Damián, que ambicioso quería aprovechar un pico de forma y bajar de 45 minutos. No lo conseguimos, pero hizo mejor marca personal, sufriendo, y creo que satisfecho del resultado.

Mi carrera fue tranquila. Bastante cómodo todo el trayecto, sin grandes apuros ni alardes. Preocupado todo el camino por mi compañero, al que vi respirar incómodo desde el km 2. Quizá salimos un pelín rápido, pero había que intentar aprovechar el perfil de los primeros kilómetros para ganarle tiempo al objetivo e ir con margen a las últimas subidas.

En el km 1 ó 2 vimos una caída de un corredor, pero en general la carrera fue bastante limpia y con espacio para correr desde el primer momento. Un par de cuestas durante el recorrido, que quizá afrontamos con demasiada alegría y nos dejó las piernas algo tocadas para poder recuperar en la siguiente bajada. Pero más o menos íbamos “on target”, a pesar de que las liebres de 45’ nos pasaron antes del km 5.

En la cuesta de la calle Alcalá, puesta en el último momento por un cambio de última hora en el recorrido, decidimos darlo casi todo, para recuperar en un km a continuación antes de empezar la cuesta del Angel Caído, ya dentro del Parque del Retiro. En Alcalá costó culminar la cuesta, y la zona entre ambas cuesta no era tan cuesta abajo como pensábamos, sino más bien llana. Nos impidió recuperar del todo, y aunque la primera parte de la última cuesta se hizo bien, nos vinimos un poco abajo al final y llegamos desfondados al sprint final, animados por al posibilidad de bajar de 47’. Por 4 segundos no se pudo, pero estaban ahí.

Los tiempos por km,

  • km1: sin tiempo.
  • Km2: 8:48 (a 4:24)
  • km3: 4:36
  • km4: 4:39
  • km5: 4:34 (paso 22:39)
  • Km6: 4:34
  • Km 7: 4:37
  • Km8: 4:48
  • Km9: 5:06
  • Km10: 5:16

El km 8 estaba al principio de la subida de la calle Alcalá, y se puede ver cómo afectó el perfil a nuestros ritmos.

Bien, contentos.


Y la crónica del protagonista...


Lo primero agradecer a mi liebre los ánimos y la preocupación durante toda la carrera, se le veía que tenía uno de esos días buenos de verdad y lo sacrificó para que yo pudiera mejorar mi mejor marca anterior 47'33''(entrenando y a nivel del mar).

La carrera la afronté como nunca antes lo había hecho, con muchísima ambición. Venía de bajar en unos segundillos mi marca y de correr bastante e incluso hacer series con buenas sensaciones...en Mayo había corrido casi 90 km que es muchísimo mas de lo que acostumbro

y las sensaciones eran muy buenas...era ahora o nunca, todo o nada.

Salimos con la intención de terminar con la liebre de 45', el comienzo fue bastante limpio y cogimos ritmo pronto...primer kilometro en 4'14'', quizas algo rápido pero es normal en la salida y más en los puestos delanteros de la misma.

Enseguida nos relajamos para intentar coger ritmo y el paso por el km 2 ya fue más lento.

Comentar que según el GPS(confirmado con otros corredores) ese Km estaba mal medido, pues a partir de ahí, la medición oficial daba kilómetros unos 150 metros mas atrás que el GPS.

En el km 3 aproximadamente vino el primer repecho, no era duro pero a esas velocidades había que soportarlo...a partir de ahí la respiración no volvió a ser la misma aunque las piernas aguantaban...el paso por el km 5 fue desconcertante para mi, 22'39'' que me ponía en disposición de luchar por el sub 45',pero a la vez, las liebres nos adelantaron y empezaron a meternos metros...yo solo me decía, "No te cebes con ellas Damián, si las mantienes a la vista, al final puedes cogerlas"...y así hice...aguanté más o menos bien hasta la señal de km 8, que correspondía con la subida a Alcalá.

En esa cuesta intentamos mantener el ritmo pero a mitad de cuesta empezó el calvario. Primero sentí un escalofrío que me recorría las piernas, algo que ya conocía de mis años mozos y había olvidado fruto de la experiencia y medirme mucho...la pájara estaba a punto de llegar, o como diría Chema Martinez, el tío del mazo hacía su aparición. Acabé la cuesta con la esperanza de recuperar antes de la temible cuesta del Angel Caído, pero el ritmo ya no era el bueno y sabía que el 45' estaba perdido.

Aun así no me desanimé, en parte por los gritos de ánimo de mi liebre y pensé..."46 y poco, a eso aspiramos, dale!"...empecé la cuesta del Angel Caído con la intención de no guardarme nada...y no lo hice, empezamos adelantando cadáveres, hasta que me convertí en uno de ellos...a mitad de cuesta, las piernas dijeron basta...no iban, yo tiraba y ellas no iban, pensé hasta en pararme...no me lo podía creer, estaba a 150 m de meta, la veía, oía la megafonía y no podía correr, vacio!

Acabo la cuesta y esprinté al ver el reloj llegando a 47'...47'13'' oficiales que se convirtieron en 47'04'' netos, nueva mejor marca.

Al cruzar la meta, solo pude sentarme en el suelo...tenía calambres, frio, ganas de vomitar...y mucha rabia...pero hoy, lo pienso con perspectiva y no me arrepiento...íbamos

a eso, a sufrir y vamos que si sufrimos...era todo o nada y nos llevamos el premio de consolación, mejor marca personal.

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