Prometía ser un mes muy deportivo. Se juntaba varios días de vacaciones, sobre todo que me hacían intuir que sumaría varios cientos de kilómetros en bicicleta. Al final, mi gozo en un pozo. Un inoportuno pinchazo con reventón incluido (el primero en 3 años) en el único día bueno y el que todas las lluvias del mes de enero caían en los días que podía o tenía planeado salir (sí, sí, todos… bueno, la mayoría… bueno, algunos) han provocado que sea un mes malo, si hablamos de la bici.
Sí pude aprovechar a trotar un par de veces por el campo, uno de los días incluso con restos de nieve. Una estampa de las que gusta ver de vez en cuando. El resto, imaginad… sesiones de piscina, intentando mejorar.
Esta última semana un inoportuno catarro y una mala noticia han sido suficiente factor desmotivador para un parón de varios días no planificado. Ya la cabeza creo que empieza a pedir retomar la actividad deportiva. No estaré donde estaba, pero espero no tardar mucho en recuperarme.
Y hasta un par de exámenes de los que espero poder decir aquello de “asignatura aprobada asignatura olvidada”. ¿O cómo era?
En definitiva, contratiempos varios que me han hecho perder un poquito de la inercia buena que llevaba. Pero nada insalvable.
temblando estoy...en cualquier momento recuperas tu liderato en marcas ;)
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